Al principio la pregunta resulta algo incomoda, en dado caso de que seas diva o tengas algún problema de inseguridad, la pregunta resultará insultante. Sin embargo el asunto aquí no es insultar o incomodar. El asunto es …. ¿sabemos leer ciencia?.
Nuestra respuesta más rápida y la cual decimos sin necesidad de pensar, es “si, si sabemos leer, es obvio, somos profesionales, somos especialistas, tenemos maestrías, bla bla bla”. Sin embargo, si es que realmente sabemos leer, ¿ por qué razón nos pueden tanto las evidencias ?, ¿por qué necesitamos que alguien venga a interpretarnos una evidencia que va en contra o deja mal parado a un conocimiento anterior?.
Bienvenidos sean a la segunda temporada de Ortodoncia Basada en Evidencia, este 2016 prometemos traer más editoriales y analizar junto con ustedes más revisiones sistemáticas, meta-análisis, y evidencias que se producen en nuestra especialidad, la ortodoncia. Teniendo en consideración las reacciones que estas mismas ocasionaron el años anteriores en Orthohacker y el año pasado aquí mismo, decidí empezar con este tema, con esta pregunta, si sabemos o no leer ciencia.
Analizando en retrospectiva la cantidad de reacciones que una evidencia puede provocar en la comunidad ortodóntica, me anime a escribir este editorial. El asunto es que si sabemos leer, en castellano y en ingles, y consumimos mucha información desde hace demasiados años, desde nuestro pre-grado y posgrado, y de ahí los años que seguimos en el camino. Sin embargo la pregunta va más orientada a si sabemos distinguir un buen estudio o no, una evidencia o no, y el hecho es que de honestamente no sabemos. Tenemos la idea de que por estar escrito debe de ser respetado, memorizado y a la mínima oportunidad aplicada la clínica.
Nuestros métodos de educación dictan que debemos memorizar, para ser cuestionados y entonces recitar cual dogma, lo cual a mí me parece más clase de catecismo que clase de una ciencia aplicada. Hemos heredado malas costumbres, las cuales están llevando académicamente hablando la ortodoncia a un abismo. No sabemos distinguir un buen estudio de otro, nos vemos y tomamos decisiones influenciados en trabajos sesgados y/o con conflicto de interés el cual usualmente no es reportado por los autores. Más que buscar las mejores evidencias para tratar a nuestros pacientes, buscamos solo justificar lo que queremos hacer con ellos.
La Ortodoncia Basada en Evidencia no viene a esclavizarnos a las revisiones sistemáticas y/o meta-análisis, no viene a quitarnos un ídolo para instaurar otro. Lo que más me ha dejado la Ortodoncia Basada en Evidencia, es recuperar esa pequeña habilidad de dedicarle unos minutos a la lectura crítica, analizar cualquier artículo, dividirlo en pequeños pedazos, buscar la metodología que los autores usaron en dicha investigación, observar si la interpretación final de los autores va de la mano de los resultados, buscar en la bibliografía cualquier artículo que pueda ayudarnos también, pero sobre todo, a preguntarme a mi mismo: ¿esta investigación puede ser aplicada en mi practica privada?, ¿puede ser de beneficio para mis pacientes?, ¿mis conocimientos anteriores pueden estar equivocados?.
La respuesta a la pregunta que hice al principio, es si, si sabemos leer ciencia. Simplemente a veces no nos gusta que la ciencia vaya en contra de nuestras preferencias e ideas. Probablemente hizo falta que durante nuestros años de formación más veces nos repitieran que: nuestras preferencias, idas y creencias no dictan lo que es realidad.