Una pregunta constante que muchos camaradas me han hecho es la siguiente ¿Qué hace cuando no hay evidencias?. Usualmente gran parte de las revisiones sistemática terminan recomendando seguir investigando y publicando para que las evidencias tengan un mejor grado de recomendación. Otras más dicen que “no hay evidencias” sobre el beneficio de tal o cual terapia. Por lo consiguiente ¿qué hacer cuando no hay evidencias? es una pregunta muy recurrente en el medio.
Debemos recordar algo importante, la Ortodoncia Basada en Evidencia no puede vivir ante la tiranía solo de las investigaciones, el asunto, debemos recordar es una triada: las mejores evidencias disponibles, las preferencias del paciente y la experiencia del clínico. En ningún momento se ha dicho que una revisión sistemática o meta-análisis sea suficiente, lo basado en evidencia no viene a dejarnos bajo la tiranía de las investigaciones.
Ante la falta de evidencias, debemos ser profesionales y hablar con los pacientes. Informarles que no existe evidencia (o solo evidencia de muy baja calidad, dependiendo el caso), para tal o cual terapia, comunicarles que tomando en cuenta nuestras experiencias podríamos recomendar tal o cual camino, explicar cuales son los posibles riesgos y beneficios. Y por supuesto, escuchar que tienen ellos que decir al respecto.
En pocas palabras ¿qué hacer cuando no hay evidencias? no es el fin de un camino, es el comienzo de otro, de la mano de nuestros pacientes. Informándolos y educándolos para poder tomar la mejor decisión entre los dos para que nuestro paciente reciba el mejor tratamiento posible. Cada vez que una revisión sistemática llega a una conclusión en la que se establece que “no hay evidencias”, es un excelente llamado de atención para todos nosotros para darnos cuenta que debemos aprender a reportar de una manera diferente, de esa forma, cuando se vuelva a realizar alguna revisión sistemática se tomarán en cuenta nuevas investigaciones y se podrá llegar a una mejor recomendación para tratar a nuestros pacientes.